Via Verda

Via Verda

Via Verda

La vía verde Manacor – Artà recorre 29 kilómetros, desde Manacor hasta Artà pasando por Sant Llorenç, Son Carrió y Son Servera, siguiendo el trazado de una antigua línea de ferrocarril que funcionó como tal entre los años 1921 y 1977. Ruta fantástica para disfrutar de correr en terreno llano y disfrutar de tranquilidad y bellos paisajes.

Km.0

La vía verde Manacor-Artá comienza en el límite este de Manacor. El lugar exacto se encuentra en la curva que realiza el Passeig del Ferrocarril antes de desembocar en la plaza de Madrid. La antigua vía aparece ahora como un sencillo camino de grava, rodeada por un amplio espacio abierto de campos agrícolas. Son características las barandillas de madera, elementos de seguridad que cierran el paso a los vehículos a motor en cada uno de los cruces y, por tramos, la delimitan a ambos lados para evitar caídas.

La vía verde se va adentrando entre campos agrícolas con dispersas casas rurales de piedra, dejando atrás el casco urbano de la capital del levante mallorquín, bajo la alta y delgada torre Rubí de la Mare de Déu dels Dolors. Hacia el este la antigua plataforma férrea hace camino por una orografía ligeramente ondulada; un terreno fácil donde traza largas rectas interrumpidas por amplias curvas atrincheradas, convertida en un tobogán de subidas y bajadas de leve pendiente.

En sus inicios transcurre por un paisaje de verdes o doradas alfombras de cereal, hileras de algarrobos y almendros, huertas de variados productos, corrales y ovejas pastando en libertad. Es el tradicional campo mallorquín, sustento anterior al maná del turismo. En este tramo también encontraremos un punto de interés: la basílica paleocristiana de Peretó, los restos de sus cimientos se encuentran al otro lado de la carretera MA-15, muy cerca.

Un magnífico mirador sobre Sant Llorenç des Cardassar anuncia el final de este tramo de largas rectas. Se trata de un alto terraplén elevado sobre el pueblo de uniforme color terroso. Al mirador le sigue el corto y recto túnel de Sa Cova (59 m),características que permiten plena visibilidad en el interior de su galería en roca viva.

Km.11,4

Poco más adelante se encuentra la estación de San Miguel (km 11,4), en cuya fachada continúa luciendo el antiguo nombre del actual Son Carrió, pequeño núcleo de población (perteneciente a Sant Llorenç des Cardassar) con mucho encanto rural y cuenta con panaderías donde pueden adquirirse sus reconocidas cocas de albaricoque.

El tramo entre Son Carrió y Son Servera es el más llano y marinero de la ruta. No llega hasta la misma playa, pero pasa muy cerca del mar. El antiguo trazado corre en paralelo a línea costera por el interior, ofreciendo desde su situación privilegiada amplias vistas marineras que abarcan desde las playas de S´Illot hasta la Costa de los Pinos.

La vía verde deja atrás Son Carrió por un recto terraplén que, elevado sobre campos de naranjos y almendros, ofrece una magnífica panorámica del pueblo y la iglesia. Al poco la vía realizará un amplio giro ferroviario para sortear unas elevaciones cuyas laderas van descendiendo con suavidad hacia la costa cubiertas de arbolado y matorral.

Muy peculiar es el túnel de sa Punta, escoltado a ambos lados por dos caseríos rurales (Sa Punta y Torre Nova). La galería, forrada de piedra, es corta, recta y con plena visibilidad en su interior. Tras el túnel se dibuja una nueva recta entre hileras de árboles frutales, donde por primera vez se tienen unas panorámicas a la costa, se aprecian la playa de Sa Coma, Punta N’Amer y Cala Millor.

La vía verde vuelve a realizar una amplia curva ferroviaria para sortear Na Penyal, montaña de gran interés erguida frente al mar, con vistosos paredones de roca calcárea emergiendo de un denso y verde arbolado. Ofrece magnificas vistas de Cala Millor siendo éste el punto de la vía más cercano a la playa. La antigua vía, envuelta por urbanizaciones, atraviesa varios accesos asfaltados que descienden hacia la carretera de Porto Cristo y la costa.

En la recta de llegada a Son Servera, tras superar una larga trinchera, las panorámicas vuelven a ser magníficas.  Ahora se aprecia al detalle Cala Bona y la Costa de los Pinos.

Km.18

A la entrada de Son Servera la vía desemboca en el carril bici, que, por la derecha va desde dicha localidad a la playa de Cala Millor. A la izquierda sigue la vía verde y continúa hasta el centro urbano de Son Servera, llegando hasta estación de Son Servera (km 19).

Dejando atrás el pueblo, en retrospectiva hay una bella estampa formada por la silueta de la iglesia y del puig de Sa Font sobre el casco urbano de Son Servera. Tras mucho tiempo en llano, la vía verde desciende en terraplén sobre campos agrícolas y las afueras del casco urbano de Son Servera. Este tramo periurbano acaba al atravesar el túnel de son Sureda el puig de son Sard, cerro que se tiñe de amarillo matorral en primavera. La galería en roca viva, forrada en parte de piedra, es la más larga de la ruta (80 m.) y está curvada a la izquierda, pero en su interior hay plena visibilidad.

Superado el túnel comienza un largo tramo ascendente de gran atractivo paisajístico. La vía verde atraviesa una zona de frutales (naranjos, algarrobos y almendros) y campos de golf, salpicada de cerros cubiertos con reductos de bosque mediterráneo y matorral, donde se suceden diferentes y magníficas panorámicas de la pinada Serra de Sant Jordi.

Al poco de cruzar a nivel la carretera MA-4041 (Km 24,6) la vía realiza un amplio giro a la izquierda para sortear son Catiu, elevación cubierta por un denso arbolado, a cuyos pies se ubica un área de descanso (km 25,2).

La vía verde se acerca a Artá a través de un amplio espacio abierto y llano dominado por parcelas de cereal, frutales, ganado, huertos y dispersas casas rurales de piedra. El final de la vía verde transcurre por un terreno fácil donde la plataforma férrea sigue subiendo ligeramente, camino de un horizonte donde se dibujan el santuario de Sant Salvador y la iglesia parroquial sobre los tejados de Artá.

Km.29

Al entrar en Artá se cruza la pista que conduce al poblado talayótico de Ses Païsses, y una calle donde todavía se conserva la barrera del paso a nivel junto a las cocheras del antiguo tren. Finalmente se llega a la estación de Artà (km 29), situada bajo el dédalo de estrechas y laberínticas calles que forman el casco urbano. El conjunto de la estación es el más importante de los vistos hasta ahora. Cuenta con un gran edificio de viajeros de dos plantas, recuperado y convertido en centro de artesanía e información, y un punto de alquiler de bicicletas un almacén de mercancías, servicios, carbonera y aguada entre otros elementos ferroviarios.